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El sistema de limpiaparabrisas es algo que se tiene muy poco en cuenta en las reparaciones. Tener este importante sistema en mal estado, creará malas situaciones en carretera y posibles accidentes a causa de mala visibilidad. Por ello, es fundamental asegurar su correcto funcionamiento.
El limpiaparabrisas, para la mayoría de conductores, es como unas gafas, aunque algunos conductores no le dan mucha importancia a este fundamental elemento de seguridad. De hecho, muchos conductores viajan con el parabrisas en mal estado y ni siquiera son conscientes del peligro que ello supone.
Para comprobar si un limpiaparabrisas se encuentra en mal estado, hay que observar si tras su rastro deja marcas o rayaduras sobre el cristal. Esto es un claro signo de que hay que cambiar las escobillas del sistema de limpiaparabrisas. Otro punto a tener en cuenta es el comprobar si tiene o no movimientos discontinuos. En caso afirmativo, también debería cambiarse.
Por lo general, el limpiaparabrisas debe cambiarse más o menos una vez al año. No suelen cuidarse bien debido a las condiciones climáticas, y eso termina dañándolo demasiado.
Las malas prácticas, por lo general, se cometen sobre todo en invierno.El primer instinto de todo conductor al encontrar su cristal cubierto de hielo, es el de apartarlo con el limpiaparabrisas. Esto es un gravísimo error para su mantenimiento, ya que las escobillas generalmente se encuentran pegadas al cristal a causa del hielo, y esto termina haciendo un desgarro.
Lo mejor para cuidar bien el limpiaparabrisas es usar una esponja o un líquido limpia parabrisas. También es recomendable no usarlo cuando el cristal se encuentre seco.
Cuando estemos en invierno, para evitar que se peguen al cristal, se recomienda poner un pequeño trozo de cartón entre la escobilla y el cristal. De esta manera, evitaremos el hielo y el desgarro.
*Estos consejos son orientativos, consulta con tu mecánico de confianza.
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